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Mario es un hombre dedicado (por caridad), a buscarle hogar a perros abandonados. Tiene varios perros criollos que ha encontrado en la calle en su pequeño apartamento, a los cuales debe encontrarles rapidamente un hogar, por su trabajo de tiempo completo y por los pocos ingresos que recibe. Andrés, un joven universitario vecino de Mario, le pidió ayuda para encontrarle un hogar a Toby, su beagle de dos años. Por falta de tiempo, Andrés nunca se hizo cargo de Toby ni le enseñó a comportarse, a pesar de ser quien lo compró para que fuera su amigo y su compañía, y de prometer hacerse cargo de todos sus cuidados. Fueron los miembros de su casa quienes se vieron obligados a hacerse cargo de los cuidados de Toby (al ver que a Andrés no parecía importarle), en especial Ángela la empleada, que actualmente renunció al estar cansada de ser la responsable de Toby.

 

Mario por su condición de falta de espacio, tiempo y dinero, no puede aceptar hacerse cargo de otro perro, pero quiere ayudar a Toby y a los perros que tiene en su casa a encontrar un hogar. Varios de los amigos de Mario han manifestado deseos de regalarle un perro a sus hijos, pero no aceptan llevar a uno de los perros de Mario a casa porque piensan que no serían del agrado de sus hijos, al no ser cachorros ni parecerse a las razas de perro que conocen y les gustan

DILEMA FINAL

 

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