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Sergio

Vargas

Cuando pequeño intenté comprar un perro a escondidas. No lo logré... mis papás cayeron en cuenta de que los peces no servían como mascota, porque eran tontos y se morían a cada rato, así que decidieron comprarme un perro, un beagle al que nunca le caímos bien. el desgraciado no hallaba el momento de escaparse para siempre de la casa. hasta que un día lo logró, solo tenía 8 meses, yo para ese entonces tenía casi el doble en años perro. me rompió el corazón. pero al poco tiempo caí en cuenta de que el maldito nunca nos había querido en realidad.

 

Vive un Jack rusell en la casa, es buena gente, y le pusimos como nombre Jack, porque somos super creativos, o demasiado perezosos; no se bien en realidad. No se escapa tanto y aunque a veces es un poco cascarabias, ya hasta nos encariñamos con el animal. hasta el punto de creer posible unas buenas depresiones en caso de que algo le pasara. Espero que no. En fin; es un buen perro, se come todas sus verduras (porque no se le da la gana de comer concentrado), se sienta, da la mano, y le lame toda la "jeta" a Angelo cuando se queda a dormir, solo por le debe encantar hacerle la vida imposible. Ese es mi perro Jack.

 

 

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